Una vez elegido el medio de dibujo que vamos a emplear, y después de situar adecuadamente al modelo, es imprescindible llevar a cabo un control riguroso de las diferentes medidas entre las distintas partes del rostro. En nuestro ejercicio, ejecutaremos el retrato de una muchacha, con lápiz de grafito y fijaremos los límites de altura (desde la barbilla hasta el final del cabello), más tarde hemos buscado la mitad de esa medida comprobando con qué lugar coincide (el final del párpado y el centro del otro ojo). Puesto que nuestro medio así lo requiere la entonación la realizaremos de una forma progresiva, reservando los tonos más oscuros para el final.

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